[Por Daniel Olcay Jeneral]
La revolución electrónica, el libro-ensayo de ficción escrito por William S. Burroughs, postula que el lenguaje humano es un sistema viral radioactivo que se integró a nosotros de forma invasiva. “La palabra escrita fue literalmente un virus que hizo posible la palabra hablada”, señala Burroughs; pero la palabra no ha sido reconocida como un virus debido a que ésta alcanzó un estado de simbiosis estable con el huésped —nuestro cuerpo—. Este ensayo-ficción plantea la inoculación del lenguaje en nuestros organismos. Violentamente, el lenguaje formó parte de nuestro ser. La infección viral atacó a los homínidos del pre-paleolítico produciendo mutaciones biológicas que deformaron el cerebro, las neuronas, el aparato fonador-auditivo y la estructura maxilofacial, transmitiéndose luego genéticamente.
Partiendo de las ideas anteriores podríamos afirmar que el lenguaje (con su gramática y semántica) es un sistema de dominación, violento y formal. Tremor forma parte de la resistencia hacia ese sistema de dominación.
Todos estamos infectados… y la mayoría no lo sabe.
La cura nace en el caos.
Tremor (La Liga de la Justicia Ediciones, 2013), de Daniel Rojas Pachas, es un libro intenso, cargado minuciosamente de imágenes frenéticas y brutales, en donde la deconstrucción de la violencia se presenta con estilo, en una prosa ágil, casi minimalista, que logra remecer las entrañas. Cada palabra del libro ingresa al cuerpo, transgrediendo las representaciones sociales y morales que una sociedad da por sentadas. Esta novela corta muestra de forma fragmentada un crimen en plena investigación policial. Las evidencias relacionadas a la investigación forman el cuerpo de la historia… en donde todo aún es confuso. Las referencias a la cultura pop, al porno, a la ciudad de Arica y sus calles, nos proporcionan distintas formas de perfilar a estos personajes llenos de abulia, indiferencia, contradicciones y rabia contenida. Son los manuscritos fragmentados —ahora evidencia para la policía— (guiones, proyectos inconclusos, notas de algún cuaderno) los que condensan niveles de enajenación y delirio.
La prosa fragmentada de Rojas Pachas da paso a silencios incómodos y bien logrados que permiten reformular la historia conforme avanza. Los factores de la novela se ven alterados por el ritmo del caos, dejando una impresión caleidoscópica de la violencia, invitando al lector a que estructure y reestructure la escena del crimen, según su propio marco de referencia. El recurso de la narrativa fragmentada permite que Tremor se desarrolle por lo que es: de acuerdo a su significado médico, un movimiento espasmódico, con algo de ritmo e involuntario, que se genera en el cuerpo. De alguna manera, se reproduce un sistema de incomunicación corporal.
Todos estamos infectados… y la mayoría cree que este virus es útil.
La Liga de la Justicia Ediciones apuesta por un discurso que pretende deshacerse del virus-lenguaje. Brinda un diálogo crudo e intenso con la sensibilidad de personajes perturbados. Nos hace partícipes de una snuff movie desarrollada en la frontera norte de Chile. Retrata el submundo de una ciudad silenciada por gusto. Retrata el submundo de diversas mentes desarraigadas y olvidadas. Volviendo a la idea primera de que el virus-lenguaje forma parte de nuestro ser, Daniel Rojas Pachas se desprende de las convenciones narrativas para transmitir y revelar una fotografía familiar hecha trizas, bañada en sangre y semen, mientras Seinfeld se adhiere al inconsciente colectivo de una generación.
[Fuente: blog de Daniel Rojas Pachas.]